INTEGRIDAD, UN CONSEJO BÍBLICO PARA LOS LÍDERES POLÍTICOS

 

MIGUEL ANGEL CORDERO MONZÓN


Vivimos en una época de transición donde nuestra sociedad sufre cambios constantes en todos los sentidos, economía, política, ciencia, educación, tecnología, e incluso, principios y valores... Y no, no me refiero únicamente al cambio de gobierno en turno.

 La sociedad guatemalteca actual se caracteriza (si me permiten generalizar en esta ocasión), por ser utilitarista, pragmática, individualista, cosmética, mercante, entre otras definiciones que no son tan agradables de aceptar. Lamentablemente, todo lo anterior ha trascendido barreras y fronteras ideológicas, de tal manera que, en nuestro país, hasta la Iglesia y la juventud completa ha sucumbido. Todo lo anterior mencionado ha provocado que el estilo de vida de la mayoría de los jóvenes, adultos y quizás hasta adultos mayores, tanto fuera dentro de la Iglesia, como fuera de ella sea: informal, irresponsable, inconsistente, desnutrido espiritualmente (valores, principios de vida), enanismo en el discipulado, intrascendencia, simples apariencias y por lo tanto, jóvenes pasivos incapaces de transformar la realidad que les rodea. En pocas y llanas palabras: tenemos líderes intrascendentes, porque resulta que no son capaces de actuar con integridad.

 El mundo está inmerso en lo que se conoce como: Posmodernidad. Y Guatemala no es la excepción. Y hablando de que Guatemala no es la excepción, permítame citarle un chiste popular entre los jóvenes de mi generación:

“Cierto día se encuentran tres amigos de algún país y uno de ellos dice: - El presidente de una República Árabe tiene cien mujeres, pero una de ellas le ha sido infiel y no sabe cuál es-. El segundo dice: - El presidente de Estados Unidos tiene cien guardaespaldas, uno de ellos es un terrorista y no sabe cuál es. - Y el tercero dice: -El presidente de Guatemala tiene cien asesores, uno de ellos es honesto, y no sabe cuál es.-”

 Detrás de lo informal del chiste anterior, hay una cruda realidad y es que la nueva filosofía globalista de vida (nueva para nuestros oídos, pero que en realidad poco a poco se nos ha ido introduciendo desde años atrás), lleva consigo impregnada la semilla de la posmodernidad.

 Pero ¿qué es el posmodernismo? ¿qué importancia tiene entender nuestro mundo posmoderno? Mientras más entendamos las ideas de las personas, mejor podremos comunicarnos, debatir, dialogar e intercambiar ideas de la libertad. El posmodernismo es el nombre que se le da al movimiento intelectual y cultural que reaccionó al modernismo.

 El padre de la filosofía modernista es Descartes, al establecer una visión del mundo distinta de los dogmas de la iglesia y del aprendizaje clásico. El siglo dieciocho, conocido como de las luces o la Era de la razón, tuvo gran influencia sobre la formación del modernismo. De manera que, en esencia, el modernismo reemplazó a la síntesis de fe de la era medieval, por la razón (“Pienso, luego existo”. Descartes). Luego que personas como Emmanuel Kant (1724-1804), Hegel (1770-1831), Carlos Marx (1818-1883), Sigmund Freud (1856-1939), Friedrich Nietzsche (1844-1900), entre muchas otras, encontraran “desperfectos” en el modernismo, empezaron a crear una nueva filosofía de ver el mundo y la vida, lo que dio lugar, poco a poco al “Posmodernismo”.

 La confianza en la fe (aunque si lo vemos de forma cruda deberíamos llamarle “dogmas”) se había dejado a un lado, se dio paso a la “razón” (nótese las comillas como un sarcasmo) y la ciencia, pero estas solo provocaron dos guerras mundiales y una fría, un holocausto en Europa llevado a cabo por Hittler. Y lejos de ser “salvados” por la ciencia y tecnología en vez de la fe, amenazaron la misma existencia humana con bombas nucleares. Entonces, ante estos incidentes, se fue formando el posmodersnimo.

En síntesis, el posmodernismo afirma que todo es relativo, no hay absolutos. Todos son supuestos, no hay fundamentos. Todo es subjetivo, nada es objetivo. Dicen los posmodernistas: “Todo depende de la perspectiva de quien lo vea”, “es malo si usted lo ve malo, si no lo ve malo, sino bueno, entonces será bueno”. La verdad es un mito para muchas culturas, puesto que no todos la pueden experimentar. Agregan que la fe ni la razón es la última palabra, si usted piensa diferente, esa es su verdad.

 Entonces, la importancia de conocer esto radica en que, hablando bíblicamente, es el creyente el que debería cautivar su entorno y no el entorno al creyente. Pablo conocía la cultura de su día. Podía citar a los filósofos de memoria (Hch. 17:28; Tit. 1:12). Y todo ello, para: “derribar fortalezas, refutar argumentos, y toda altivez de pensamiento que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:4-5).

 ¿Dónde estamos cimentados como sociedad guatemalteca entonces? Y es ahí donde tiene sentido todo el conjunto de palabrerías que están escritas en este artículo. Podría, por lo tanto, resumir la tesis del presente escrito en que: sin, integridad no puede existir liderazgo político en Guatemala, porque entonces no deberíamos llamarlos líderes y tú no deberías ser tan ingenuo como para seguir a alguien que NO es líder. Solo los tontos y malvados siguen a las personas que no son íntegras, porque sus intenciones serán las mismas. En política algo es bueno o malo, pero no puede estar en medio. No importa que quieras verlo con ojos de la posmodernidad, el socialismo es malo porque atenta contra la libertad individual.

 Rougier, en su libro “El Genio de Occidente”, en el capítulo VIII titulado “el conflicto entre la teología y la ciencia”, comienza por señalar que la Biblia y la ciencia tienen orígenes y objetivos muy diferentes. La Biblia es un texto religioso que pretende revelar la verdad sobre Dios y el universo. La ciencia, por su parte, es un método de investigación que pretende descubrir la verdad sobre el mundo natural. Estas diferencias fundamentales en los orígenes y objetivos de la Biblia y la ciencia explican el conflicto entre ambas. La Biblia hace afirmaciones sobre el mundo natural que son incompatibles con las conclusiones de la ciencia. Por ejemplo, la Biblia afirma que la Tierra fue creada en seis días, mientras que la ciencia afirma que la Tierra tiene miles de millones de años de antigüedad.

 El conflicto entre la Biblia y la ciencia se ha manifestado de diversas maneras a lo largo de la historia. En la Edad Media, la Iglesia Católica utilizó la Biblia para justificar la persecución de los científicos que desafiaban sus dogmas. En el siglo XVI, la Reforma Protestante, que puso énfasis en la interpretación individual de la Biblia, llevó a un mayor conflicto entre la ciencia y la religión. En el siglo XIX, el desarrollo de la ciencia moderna, que se basa en el método científico, llevó a un nuevo auge del conflicto entre la Biblia y la ciencia. Los científicos comenzaron a descubrir que muchas de las afirmaciones de la Biblia eran falsas o inexactas. Esto llevó a muchos creyentes a cuestionar la autoridad de la Biblia.

 El conflicto entre la Biblia y la ciencia sigue siendo una cuestión controvertida en la actualidad. Algunos creyentes sostienen que la Biblia es una fuente infalible de verdad, y que la ciencia debe someterse a la Biblia. Otros creyentes sostienen que la Biblia es un texto inspirado por Dios, pero que no es una fuente infalible de verdad. Estos creyentes sostienen que la ciencia y la Biblia pueden coexistir pacíficamente, ya que se ocupan de diferentes esferas de la realidad. Rougier sostiene que el conflicto entre la Biblia y la ciencia es un conflicto inevitable, argumenta que la ciencia es un método de investigación que está constantemente descubriendo nuevas verdades. Por lo tanto, es inevitable que la ciencia llegue a conclusiones que sean incompatibles con las afirmaciones de la Biblia.

 Sin embargo, Rougier también sostiene que el conflicto entre la Biblia y la ciencia es un conflicto positivo. Él argumenta que este conflicto obliga a los creyentes a reexaminar sus creencias y a adaptarlas a la luz de la nueva evidencia científica. El conflicto entre la Biblia y el espíritu científico es una cuestión compleja que ha sido debatida durante siglos. No hay una respuesta fácil a esta cuestión. Sin embargo, es una cuestión que es importante considerar, ya que tiene implicaciones significativas para nuestra comprensión de la Biblia y de la ciencia en un campo político.

 Ahora bien, hay algunas críticas que se pueden hacer a las afirmaciones de Rougier. Una de ellas es que Rougier exagera la importancia del conflicto entre la Biblia y la ciencia. Él sostiene que este conflicto es una de las principales tensiones de la civilización occidental, pero esto es una exageración. El conflicto entre la Biblia y la ciencia es importante, pero no es la única tensión de la civilización occidental. Otra crítica es que Rougier no ofrece ninguna solución al conflicto entre la Biblia y la ciencia. Él simplemente sostiene que el conflicto es inevitable, pero no ofrece ninguna propuesta sobre cómo conciliar ambas. Esto deja el problema sin resolver.

 Ahora bien, tú puedes estar a favor o en contra de lo que diga Lous Rougier en cuanto a este conflicto. Pero en lo que jamás entrará en conflicto la “razón y la fe”, es en la integridad con la que se debe llevar a cabo la Acción Humana. El factor clave para que un líder (político o no) en Guatemala inicie un cambio trascendental, es una práctica bajo el principio de la integridad.

 Y ante esto, el mayor consejo bíblico que encuentro en la Biblia está en el Evangelio según lo relata Lucas 6:46-49: la acción humana con fundamento sólido.

 Cimiento sin fundamento (v. 49).

Son los que oyen la Palabra, pero no cumplen con ella. Son como un hombre que edificó su casa sobre la tierra, es decir sin fundamento. Fue gran ruina cuando la golpeó el río. Cuando vienen los problemas, luchas, el mundo posmoderno, caemos.

 Uno de nuestros problemas como sociedad guatemalteca es que el posmodernismo actual trata de enredarnos con sus formas de ver el mundo. Y caemos en: El doble pensar, que es la habilidad de albergar de forma simultánea en la mente dos creencias o puntos de vista conflictivos. El doble hablar: habilidad de decirle una cosa a una persona, y algo enteramente diferente a otra persona. Los líderes políticos de hoy necesitan escuchar con ambos oídos. Que es la habilidad de escuchar dos veces al mismo tiempo. La voz de Dios por medio de las Escrituras, y la voz de la sociedad que nos rodea. El propósito es saber cómo se relacionan entre sí. Si no tenemos fundamento, caemos en el rol del mundo posmoderno y caemos en el doble pensar y doble hablar. Todo ello conduce a una gran ruina. Pues oímos, pero no hacemos. (Doble oír).

 Cimiento con fundamento (v. 47,48).

Los que se acercan a Jesús, oyen sus palabras y la cumplen. Semejante a un hombre que edificó su casa y su fundamento fue hondo y sobre la roca. Cuando nosotros Escuchamos la Palabra de Dios y la ponemos en práctica a pesar de los desafíos posmodernos, nos convertimos en la semejanza bíblica. Con fundamento y colocados en la Roca Eterna. No pudo mover la casa el río. Cuando los problemas vienen, nos afecta, pero no caemos pues estamos bien firmes antes los desafíos posmodernos.

 Muchas personas creen ingenuamente que son: “Los que vamos contracorriente”. Esto se debe a que construir una respuesta sensata ante los desafíos del posmodernismo es un gran reto. El posmodernismo apunta a que la sociedad de hoy (nosotros, tú y yo) dejemos a un lado los absolutos de la fe y de la razón misma, para estar en un mundo en el que todo es relativo y depende de quién lo vea. Olvidando que, cuando nuestro fundamento es correcto, nuestro actuar también lo será. Un socialista jamás estará en lo correcto porque resulta que, el “bien común o justicia social” que quiere llevar a la práctica lo hace a expensas de la nación entera y lleva como finalidad su enriquecimiento mezquino. Desde ahí, la integridad ha quedado pisoteada.

 Aunque como me indica el Dr. Edwin Rocael Cardona, “la integridad, no sirve en el ámbito político… reglas políticas, viciosas”, yo aún conservo la fe en un grupo honesto de personas, y para ellas, mi consejo es, que si en realidad desean ejercer un liderazgo un político en Guatemala, que practiquen la integridad en todas sus acciones y roles de vida… y que el único camino para nuestra prosperidad, está en la libertad humana individual.

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